Así viví yo esta película, puedes estar de acuerdo o no.
Yo clasifico este filme como parte del neorromanticismo de este siglo, ya que se enfoca en el sentido más humano de la protagonista: Julie. Esta no es una historia de finales felices o sabores agradables, pero necesaria para muchas de nosotras, es catarsis pura.
Dividida entre un prólogo, capítulos y epílogo; se siente como si hubiera pasado todo y nada mientras vemos la toma final. No hay evento o elemento que sobre, incluso durante su parte surrealista.
Esta producción que tiene lugar en Oslo (Noruega) toca temas actuales de forma directa e indirecta: amor romántico, feminismo, maternidad, micromachismos, sexo, transición mientras se envejece, aborto, infidelidad, búsqueda de identidad, paternidades ausentes, éxito, estándares sociales y más.
Julie es nuestra protagonista, con ella nos confundimos, lloramos, nos estresamos, nos frustramos y jugamos a sentirnos sexis. Aunque no se específica el tiempo exacto, se puede inferir cuánto ha transcurrido entre cada acontecimiento; vivimos con ella los finales de sus veintes, principios de sus treintas.
Nos presentan a esta mujer como si fuera la única confundida sobre lo que debe hacer con respecto a su vida. Vemos cómo los cuestionamientos sobre su futuro y elecciones le afectan por lo que cuando se siente sobrepasada brinca a otra. Es una mujer muy inteligente, lo cual le da la capacidad de hacer y deshacer.
Todas las personas hemos o estaremos alguna vez ahí, seremos… o justo ahora somos Julie, no tiene que ver tanto con la edad, pero sí con el contexto.
No me parece que sea una historia triste como he leído en algunas críticas. Yo aplaudo que sea realista, que sea la voz de Julie quien nos conduzca a través de los capítulos. Es una historia posible, creo que por eso ha generado conversación en la última semana.
En resumen, sí me parece de lo mejor que he visto este año… hasta ahora.
