No lo dejas ir porque es adictivo, genera neurotransmisores en tu cerebro y de cierta forma alcanzas el goce, si quiera por algunos minutos, pero no es bueno para ti porque ¿no te sientes vacío después?
El placer es momentáneo y el caos en tu cabeza se calma -por un ratito-; sin embargo, después ¿con qué te quedas? ¿con el pseudo orgullo? ¿quieres seguir en este juego enfermizo por creer que alguno de lxs dos puede llevarse… la victoria? ¿de qué?
¿Querías ganar? Ganaste, porque yo no jugaba a nada. La libertad que te viene la sientes de forma cruel porque no sabes estar solo contigo, no es amenaza, es el destino lógico ante tus acciones.
Resulta que yo no soy juez, pero siempre supe como leer a personas como tú.